imagens e sombras de santa maria madalena na literatura e arte portuguesas

- a construção de uma personagem: simbolismos e metamorfoses - helena barbas - fev.2003

 

[] Fr. Alvaro de Hijonosa, y Caruajal, 1611

«A la Madalena, quando fue a buscar a Cristo a Casa de Simon...

«A la misma Madalena huyendo del mundo, y sus amadores, y buscando a Christo»

«A la misma Madalena limpiando los pies a Christo con/ sus cabellos»

«A la misma Madalena quando salió de su casa arrepentida en busca de Christo»

«A la misma Madalena llorando»

«A la misma Madalena llorando a los pies de Christo» Romance.

«A la misma Madalena enxugando con los cabellos los pies de Christo»

«A la misma Madalena llorando a los pies de Christo»

«A la misma Madalena llorando al sepulchro  despues de la passion de Christo»

«A la misma madalena, quando Christo le apareció, y le dixo: "Noli me tangere"...

«A la misma Madalena abraçada con la Cruz de Christo en su passion...

«A la misma Madalena al pie de la Cruz hablando con Christo en el dia de su passion»

«A la misma Madalena en el desierto»


«A La Madalena, quando fue a buscar a Cristo a Casa de Simon llevando consigo el vaso de alabastro con el unguento» [1]

 

Adonde vays discreta magdalena?

A lavar pies sin agua, y con unguento?

No veys vos, que de ahi toma argumento

El codicioso Iudas, que os condena?

 

5       Si d'essos ojos la corriente vena,

Y de vuestros suspiros el accento

Han de causar a Christo tal contento,

Si otra agua no llevays, no os cause pena,

 

Que, aunque lagrimas, son tan abundantes,

10     Que bien podeys cumplir cõ vuestro oficio,

Calientes van del pecho, y van saladas,

 

Saladas, porque pies de caminantes

Se curan con aqueste beneficio,

Y aprietan coyunturas apartadas.

  


«A la misma Madalena huyendo del mundo,  y sus amadores, y buscando a Christo»

 

Qual hermosa galera enbanderada

Llena de gallardetes, y pendones,

Cercada por las bandas de cañones

Con suelto remo, y vela levantada

 

5       Las olas rompe de la mar salada

Huyendo enemigos galeones,

Assi huyendo vays dessos ladrones,

Que os siguen con carrera acelerada,

 

Aueys los saqueado dos mil vezes,

10     Y quierense vengar con furia, y saña,

Huyd para echar cabo a alguna roca,

 

Temed o Madalena sus reveses,

Del agua os aliviad, usad de maña

A essa piedra os asid, y punto en boca.

  


«A la misma Madalena limpiando los pies a Christo con sus cabellos»

 

Encontró con la occasion

la Madalena una vez,

Y metióla en confusion,

porque le mostró los pies

5       por provar su discrecion.

 

La Madalena, que ha oydo

tener la ocasion copete,

y el más cabello caydo,

y quan poco se promete

10     el, que el cabello no ha asido.

 

Viendo, que los pies le dá,

y que el copete le asconde,

ante ellos llorando está,

entre si habla, y responde,

15     Para que me canso ya?

 

Si el copete se ha de asir

a la ocasion, yo no veo

fino pies para huyr

la ocasion a mi desseo,

20     sin que la pueda seguir.

 

Luego los cabellos bellos

enlazó diziendo assi;

Atando los pies con ellos

bien puedo dezir, que asi

25     la ocasion por los cabellos.

 

Entregóse la ocasion,

y tuvula por discreta

viendo, que con invencion

le hizo del juego treta,

30     y gustó de la prision.

  


«A la misma Madalena quando salió de su casa arrepentida en busca de Christo»

 

Debaixo de la tierra sepultadas

A poder de los duros açadones

Las verdes ramas bueltas en carbones

salen d'el fuego negras, y tiznadas;

 

5       Las almas, que en verdor fueron criadas,

Con el fuego de nuestras aficiones

En la tierra del cuerpo, y sus passiones

En carbon del infierno son trocadas;

 

Sintió Maria el fuego, que la abrasa,

10     Y buscando la causa a sus enojos

Miró, y vido los fuegos levantados,

 

Salió luego llorando de su casa,

Porque le dió en las niñas de los ojos

El humo de sus culpas, y pecados.

 


«A la misma Madalena llorando»

 

Saca el fuego de flores agua pura,

Que, como es elemento tan caliente,

El agua de las flores no cosiente,

que no la compadece su secura:

 

5       El agua, que pretende y que procura

Huyr de un enemigo tan valiente,

Al alquitara sube prestamente

Hasta hallar camino, y abertura;

 

La llama del amor, que está escondida

10     En el hermoso pecho de Maria,

Del coraçon el agua está estilando:

 

El agua sube por hallar salida

Hasta, que hizo por los ojos via,

Por esso a Madalena veys llorando.

  


«A la misma Madalena llorando a los pies de Christo» Romance.

 

Cada uno de los hombres

es un baxel, que navega

por el mar de aqueste mundo

al cielo su Patria cierta:

 

5       Navegando en estas aguas

Sin poder salirse fuera

de entre Scylas, y Charibdes,

y de engañosas Sirenas,

 

En la noche de la culpa,

10    ques la más obscura, y ciega,

en el baxio de sus gustos,

dió en seco la Madalena,

 

Y quedó tan rodeada

por todas partes de tierra,

15     que estuvo assi sin moverse

muchos dias surta, y queda:

 

Y como baxel inutil

para andar en la carrera,

solo se pensava del

20     aprovechar la madera;

 

Que era buena para el fuego

del infierno por ser seca,

que no le llegava el agua

ni aun tiro de ballesta,

 

25     Mas permitió Dios del cielo,

que justo las nuves llevavam

con cuyas aguas Maria,

se humedece, y se recrea;

 

Y en el dia de aguas bivas

30     quando de sus ojos venas

hizo, en que pueda nadar,

se desencalló del arena;

 

Y temiendo otro peligro,

en que del todo se pierda,

35    se metió dentro la barra

para rechazer sus quiebras:

 

Echó anchora en llegando

al pie d'essa fortaleza

por tomar para el viaje

40    desde alli noticia, y lengua,

 

Y de aqui llevó piloto

que le dió noticia entera,

y que la meta en el puerto

de las celestes riberas.

 

45     O lagrimas, que hazeys,

con que Maria se mueva,

y salga de tal baxio,

y escape a las tormentas,

 

Dios puso por remedio,

50     para que suplays las menuas

de nuestros baxios secos,

y para lavar ofensas.

 

O dichosa pecadora,

que lagrimas te sustentan

55     en el mar de aquesta vida,

dichosa pues no te anegas.

 

Un diluvio hizo Dios,

con que castiga, y condena

pecados, y pecadores,

60     y a entrmos juntos assuela,

 

Mas vuestras lagrimas son

diluvio, que libre os dexa,

y en el ahogar vuestras culpas

solo sus fuerças emplea:

 

65     No os salgays desta corriente,

que sin estorvo por ella

os yreys derecha al cielo

Madalena a remo y vela.

 


«A la misma Madalena enxugando con los cabellos los pies de Christo»

 

Mote.

Maria, desque soys cuerda,

como cuerda os enlazays

a los pies del, que adorays.

 

Glosa.

El mundo loca os tenia,

mas quiso vuestra ventura

con tan dichosa cordura

atajar su demasia:

5       Porque, si bien se os acuerda,

loca fusteys, pero Dios

hizo esse milagro en vos

Maria, desque soys cuerda.

 

Soys cuerda, questays templada

10     por tal arte, que el sentido

arrebata este sonido,

y el alma dexa elevada;

En la clavija, do estays,

para más puntos subyr,

15     sin que podays desdezir,

como cuerda os enlazays.

 

El lazo de la aficion

es tan durable, y tan fuerte,

que no le rompe la muerte,

20     ni le afloxa la passion:

Con tal ñudo os apretays

venturosa Madalena

estando de vos agena

a los pies, del que adorays.

  


«A la misma Madalena llorando a los pies de Christo»

 

Mote.

A los pies del vencedor

vays a dexar los despojos

Maria de vuestros ojos.

 

Glosa.

De la primera herida,

que el divino amor os dió,

Madalena estays rendida,

que el coraçón os hirió

5       con una flecha encendida:

Y con ser grave el dolor

no sabeys adonde os yr,

porque es herida de amor,

y hallays, q(ue) es mejor morir

10     a los pies del vencedor.

 

Si fuera del no hallays

en cosa alguna reposo,

de essos pies no os defasays,

porque el es tan amoroso,

15     que no querrá, que murays;

No haveys de sacar abrojos

d'essas plantas de la vida,

olvidad ya los enojos,

pues que del amor vencida

20     vays a dexar los despojos.

 

El arma más importante,

con que soliays romper

pechos duros de diamante,

y le soliays ofender,

25     oy se la rendis delante;

Traheys hermosos manojos

con mil gracias peregrinas

de vuestros cabellos rojos,

y dos esmeraldas finas

30     Maria de vuestros ojos.

  


«A la misma Madalena enxugando los pies de Christo con sus cabellos»

 

Con el cabello suelto, y esparzido

Yua Absalon huyendo temeroso

Viendose del contrario poderoso

Roto, desbaratado, y perseguido.

 

5       En las ramas de un arbol quedó asido,

A que el ayre le ató el cabello hermoso,

Que el ayre es el, que mata el ambicioso,

Que quiere ser a todos preferido;

 

Discreta Madalena aveys andado

10     en no querer ya más cabello al viento

Poniendolo a los pies, que lo aveys puesto:

 

No temays ningun caso desastrado,

Seguros los teneys de movimiento,

Perseverad en vuestro presupuesto.

  


«A la misma Madalena llorando al sepulchro despues de la passion de Christo»

 

Mote.

Estas fuentes Madalena,

que os salen del coraçon,

Son del mar de la passion.

 

Glosa.

La cuerda del pensamiento,

que deciende a vuestro pecho,

sube esta agua hasta el techo

con tal facil movimiento,

5       Y el arcaduz de la pena

del ausencia, y sus enojos

arroja por essos ojos

essas fuentes Madalena.

 

Toda la virtud, que encierra

10     aquesta agua cristalina,

le viene, de que camina,

y passa por buena tierra,

Porque conforme a razon

d'esse pecho ha de tomar

15     la virtud, y hade mostrar,

que os alen del coraçon.

 

Todolos rios, y fuentes

se derivan de la mar,

y d'esse mismo lugar

20     proceden estas corrientes;

Memorias de Christo son

las cuerdas, q(ue) al pecho echays,

y las aguas, que sacays,

son del mar de la passion.

  


«A la misma madalena, quando Christo le apareció, y le dixo: "Noli me tangere": el dia de la Resurreccion.»

 

Si el Señor Madalena os ha mandado,

Que a sus pies no llegueys tan pressurosa,

No lo tengays por cosa rigurosa,

Que en esto ay un secreto enamorado:

 

5       Que no es possible, os aya desechado

Siendo tan firme amante, y fervurosa,

Pues que Thomas rebelde llegar osa

A meterle la mano en el costado;

 

El mismo la razon os dá al momento,

10     Y es, que a su Padre aun no avia subido,

Que es, como si os dixera, que os quedava

 

Más tiempo de gozar esse contento,

Y no era bien, que fuesse detenido,

Mientras a los demás no consolava.

  


 «A la misma Madalena abraçada con la Cruz de Christo en su passion, como la pinta la Iglesia»

 

Qual amorosa yedra, que enlazando

Con dos mil lazos la hermosa planta

Con ella hasta el cielo se levanta

Sus hojas por sus ramas dilatando,

 

5       Tal estava Maria rodeando

El tronco de aquel arbol sacrosanta,

De quen la Esposa enamorada canta,

Y cuyo fruto le contenta tanto.

 

El humilde principio, que en el suelo

10     Teneys o Madalena como yedra,

Nos o estorva, que no subays al cielo,

 

Porque, como a humilde yedra medra

Asida a muro, o arbol, tal consuelo

Teneys, pues os asis a arbol, y piedra.

 


«A la misma Madalena al pie de la Cruz hablando con Christo en el dia de su passion»

 

Cancion.

Belos, y claros soles,

Que en el divino cielo

De la frente de Christo colocados

Mil roxos arreboles

5       Al despedir del suelo

Mostrays por essos montes, y collados,

Porque soles dorados

Os escondeys tan presto

Sin consentir, que vea

10     Aquesta luz phebea,

Que se difunde d'este bello gesto,

En quien estan cifrados

Los bienes de los bienaventurados?

 

Mil vezes de corrida

15     De avervos ofendido

No osava de miraros claros ojos:

Tenian impedida

Los montes del olvido

Essa luz, y esto os dava mil enojos,

20     Ya agora son despojos

Mis ojos de los vuestros,

Que me vieron primero

Con amor verdadero

Sirviendome de guia, y de maestros,

25     Para que desterrasse

El miedo de miraros, y os mirasse.

 

O libertad dichosa,

De que sirve gozaros,

Pues al momento tengo de perderos?

30     Quien como mariposa

En essos ojos claros

Acabará sus dias postrimeros?

Pos vivo solo en veros,

Es cosa conocida,

35     Que en vuestra morte muero,

La vida no la quiero

No teniendo vos vida,

Mas el avara suerte

Dame la vida, quando os dá la muerte.

 

40     Quando yo estava muerta,

Y en sueño sepultada

De mis culpas, estavades vos vivo,

Y agora, que a la puerta

De la vida preciada

45     He llegado, moris: o mal esquivo!

Mi pensamiento, altivo

Partid tras el bolando

A las celestes salas,

Mas que aprovechan alas,

50     Si el bien se va apartando?

Que no ay astucia alguna,

Que pervierta la rueda de la fortuna.

 

Al fin ya vos aveys puesto

Hermosos soles mios,

55     Y alumbra vuestra luz otras regiones,

Siganse agora a esto

Los celestes rocios,

Con que se riegen nuestros coraçones,

Ya que llegó la noche,

60     Destile vuestro cielo

De esse lado divino

El liquor cristalino,

Que hincha nuestras almas de consuelo,

Y en esta noche fria

65     Con esta agua lavad de culpa mia.

 

El agua, que del lado

Muerto estays derramando

Con tan copiosa, y abundante vena,

Es, porque ya ha llegado

70     La noche obscura, quando

Crece mi soledad, dolor, y pena,

Y de mi misma agena

En vuestro ocaso veo,

Que la gloria del suelo

75     Es puro desconsuelo,

Y que todo no passa de un desseo,

Que en llegando a gozarse

Entonces es el punto de acabarse.

 

Si la fiel memoria

80     Usa agora comigo

Tal bien, que siempre vivo os represente,

Bastarame esta gloria

Como fiel amigo,

Que siempre pensa en el amigo ausente,

85     Pero no lo consiente

La vida dolorosa

De vuestra acerba muerte,

Que tanto me divierte,

Que no puedo pensar alegre cosa,

90     Que es caber impossible

El gozo, y un dolor tan insufrible.

 

Es regla verdadera

De la Philosophia,

Que al bien para ser bien no falte nada,

95     Y de qualquier manera,

Y por qualquier via

Sea cosa perfecta, y acabada,

Y la cosa, que es mala,

Basta una cosa sola,

100   Para que mala sea,

Para que assi se vea,

Que el bien qual oro puro se acrisola,

Y qualquiera defecto

Basta, para que el mal tenga su efecto.

 

105   Pues, si mi falta tanto

Para el bien, que codicio,

Como puede ser bien del pensamiento?

Bolved ojos al llanto,

Y al funesto exercicio,

110   Soltad la rienda al justo sentimiento;

Mis suspiros son viento,

Y sin firmeza alguna,

En que pueda arrimarme,

Y un poco sustentarme

115   Contra el impitu fuerte de fortuna,

Y son mis crudos males

Más firmes, que los duros pedernales.

 

Parad Cancion agora,

Dad lugar a la pena

120   A que buelva a su curso doloroso,

Que, quando el alma llora,

Si un punto se serena,

Siente despues el llanto más penoso,

Y vos o soles mios,

125   Pues os poneys, bañaos en mis dos rios.

 


«A la misma Madalena en el desierto»

 

Romance.

Amados desiertos mios,

que estays guardando silencio,

porque assi no me estorveys

los bienes del pensamiento,

 

5       Quando os alçays a las nuves,

que hazeys de industria creo,

que, porque agora os habito,

me quereys subir al cielo:

 

Aunque horribles a la vista,

10     tratados no soys tan feos,

que escondeys ricos thesoros,

debaixo de riscos recios:

 

En otro tiempo pensava,

que erays de bondad agenos,

15     y que solos los poblados

tenian valor, y precio:

 

Pagavame de aparencias

sin mirar a lo de dentro,

entonces os desechava,

20     agora ya os reverencio;

 

A vos vengo arrependida

a llorar passados yerros,

que el mal bivir siempre dexa

al alma arrepentimiento;

 

25     Si me vierdeys llorar siempre,

en esto está mi remedio,

porque saber bien llorar

me ha hecho harto provecho,

 

Dichosas lagrimas mias,

30     dichosos ojos aquestos,

que, quando als suelo miré,

halle mi cielo en el suelo.

 

Y por gozar de tal gloria

prostrado por tierra el cuerpo

35     llegue tan cerca del Sol,

que ya me abrasava el pecho:

 

Y como la parda nube

se deshaze en un momento

ante el Sol, y buelve en agua

40     aquellos preñados senos,

 

Assi me deshize al punto

en lagrimas de amor tierno,

porque hasta entonces mi vida

fue nublado escuro, y negro:

 

45     Y, aunque les llovi en la boda

a unos combidados necios

que mi buena voluntad

lo juzgaron por excesso,

 

Llorando, como me veys,

50     pude salir con mi intento,

y estoy tan desaliviada,

que ya agora bolar puedo,

 

Quien hiziera cada dia

otro semejante empleo,

55     y qualquier aguila mirara

al Sol los ojos abiertos!

 

Quien aquellos pies divinos

bolviera a darle mil besos,

y otras mil vezes limpiara

60     con estos mismos cabellos!

 

Ay dulcissimas memorias

pareceme, que me veo

gozando de aquella gloria

assi, como la contemplo;

 

65     Desiertos, que me escuchays,

oyd mis dulces acentos,

y para oyrme más vezes

responda a mi voz el ecco:

 

Vuestra amable compañia

70     bien la pago con aquesto,

que os hago participantes

de mis intimos secretos:

 

Dichosos, porque me oystes

aquesto amoroso cuento,

75     no falta, quien os embidie,

que yo misma embidia os tengo;

 

No temays de aqui adelante

la fria nieve, o el yelo,

que el fuego de mis amores

80     os libran de aquesto miedo.

 

Quiero callar montes mios,

que me parece, que siento

las musicas celestiales,

aguardad, que logo buelvo.

 

[]

 


[1] «Libro/ de la Vida,/ y Milagros/ de S. Ines con otras varias/ obras a lo Divino.Compuesto por Fr. Alvaro de Hijonosa, y Caruajal, Monge de S. Benito (Braga: Frutuoso Lourenço de Basto, 1611), pp. 334-348;